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La Cámara de Diputados de la Nación aprobó por unanimidad el proyecto de expropiación del inmueble donde ocurrió la masacre que terminó con la vida de 194 personas, aquel 30 de diciembre del 2004, en un show de la banda Callejeros.
La iniciativa es impulsada desde el 2018 por un conjunto de organizaciones de sobrevivientes y familiares, y busca que el sitio se convierta en un espacio para la memoria y la cultura.
«El objetivo en común es fortalecer la memoria colectiva y colaborar para que ese espacio sea un espacio de reflexión, y que contribuya a dejar un testimonio que trascienda nuestra propia existencia», expresó Nicolás Papola, sobreviviente de Cromañón.
En diálogo con La Banda Ancha, el joven habló sobre su conexión con la música y la banda Callejeros, y también relató los recuerdos de aquella noche.
Remarcó que en contraste con los estigmas reinantes sobre la juventud, esa jornada fue una muestra de «compromiso, amor y solidaridad» por parte del público del rock. «El 40% de las víctimas que fallecieron esa noche fue por haber salido del lugar y elegir volver a ingresar a salvarle la vida a otro u otra», subrayó.
Ayer la organización El Camino es Cultural, que nuclea a sobrevivientes y familiares y de la que Papola es parte, desplegó una bandera en la Cámara de Diputados con la consigna «Ni la bengala, ni el rocanrol».
Consultado por ello, sostuvo que la responsabilidad de los hechos le corresponde a los privados y en mayor medida al Estado: «Quienes se tenían que encargar de inspeccionar, controlar y cuidarnos, a través de la coima, la desidia y la negligencia permitieron que Cromañón esté abierto y se convierta en una trampa mortal».
«Deseamos que Cromañón se convierta en un verdadero punto de inflexión en la historia argentina», expresó.
Escuchá la entrevista completa aquí.