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El 16 de marzo de 2005, a los 24 años, Florencia Penacchi desapareció.
El caso de Florencia se ha convertido en uno de los casos más emblemáticos de las víctimas de trata en nuestro país. Ella estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y trabajaba en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, cuando desapareció. Había nacido en Neuquén y a los 18 años se había mudado al barrio porteño de Palermo para comenzar sus estudios universitarios. Su mamá Nidia Aguilera le escribió esta carta a 11 años de su ausencia:
Querida hija:
Cuando comienza febrero irrumpes en mis sueños, siempre riendo, siempre adolescente.
De repente, junto con el otoño, no estás, te fuiste, nadie sabe dónde ni cómo.
Hay un refrán español que dice «las ausencias son grandes amigas del olvido». ¡Qué horror! Tu ausencia lleva 11 años y estás más presente que nunca. Nadie abandona su vida de todos los días sin dejar rastros para que la encuentren. Nadie se embarca en una aventura que deje un tendal de dolor a sus seres queridos.
No te fuiste, te fueron, esas figuras oscuras que no salen a la luz porque justamente son oscuras…