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El tercer mes de año en nuestro país trae consigo la M con mayúscula, no porque su nombre comience con esa letra, sino porque es el momento en el que la Memoria grita presente, lo suficientemente alto como para durar hasta el próximo año.
Así se repiten los marzos, al menos para Inés y Oscar, que cargan desde el 23 de diciembre de 1976 con la desaparición de su hijo Oscar Alfredo, de quien la última Dictadura Cívico Militar no ha dado respuesta sobre su destino.
El Golpe de Estado en Argentina cometió los horrores jamás imaginados, pero también generó como reacción el surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo, en la pelea por saber dónde se habían llevado a sus hijos e hijas.
Por su parte, los “Padres de Plaza” no existen como tales, pero ahí estuvieron y están. Oscar Ragni es uno de ellos, padre entre los Padres, que tras la desaparición de su hijo, se convirtió en militante por los Derechos Humanos.
A 47 años de aquel 24 de marzo en el que las fuerzas armadas se instalaron en el poder, brindó una entrevista a En Agenda en la que no solo relató su historia familiar como un documento de la historia del país entero, sino que además reflexionó sobre la democracia, el ejercicio de la memoria y el incansable pedido de justicia.